24 Comentarios
Padre Juan Marcos dijo:
En tiempos donde muchos ocultan el poder de la fe por miedo o conveniencia, el Padre Elías tuvo el valor de traer a la luz una oración que fue resguardada por generaciones. Es un verdadero instrumento de Dios. Quien escuche con el corazón abierto, verá milagros.
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Padre Tomás Elías dijo:
He visto a muchos predicar, pero pocos se atreven a revelar los misterios espirituales como lo hizo el Padre Elías. Esta oración… lleva algo sagrado. Es una llave divina. Y estoy convencido de que muchas vidas serán transformadas a través de ella.
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Mariela Cortés dijo:
Yo estaba al borde del colapso. Deudas, cuentas sin pagar, y ni un peso extra para darme un respiro. Había perdido las esperanzas… hasta que escuché al Padre Herrera hablar de esta oración sagrada.
La hice con todo mi corazón, siguiendo cada palabra como él indicó. Y algo cambió. A los pocos días, me ofrecieron un trabajo extra que me triplicó los ingresos.
Después, empecé a recibir bendiciones que no sé ni cómo explicar: ayudas inesperadas, puertas que se abrieron, y una paz en el alma que no sentía hace años.
Yo creo firmemente que esta oración me conectó con la gracia de Dios de una forma poderosa. No es casualidad. Es fe verdadera.
Gracias al Padre por revelarla. Porque gracias a esta oración, hoy vivo sin miedo… y con dignidad.
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Don Ernesto Valdés dijo:
Durante muchos años viví con las manos vacías… trabajando duro, pero sin ver frutos. Siempre fui creyente, pero algo me faltaba… hasta que conocí esta oración secreta.
No fue magia, fue fe bien dirigida. Hice la oración exactamente como el padre la enseñó, y en menos de una semana, llegaron bendiciones que ni imaginaba: me ofrecieron un nuevo puesto en el trabajo, pude pagar deudas viejas, y mi esposa me dijo que nunca me había visto tan en paz.
Esta oración me enseñó a pedir como hijo de un Rey, no como alguien resignado.
Doy gracias a Dios por esta revelación… y al padre que tuvo el valor de compartir algo tan sagrado con el pueblo. Hoy, puedo decir: mi vida cambió, y cambió para bien.
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Padre Miguel Herrera dijo:
No todos tienen la fuerza espiritual para compartir lo que estuvo oculto por generaciones. El Padre Elías fue guiado por el Espíritu Santo. Esta oración no solo toca el alma… la transforma. Quien la recite con fe, jamás volverá a ser el mismo.
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Padre Alejandro Ramírez dijo:
Escuché las palabras del Padre Miguel Herrera y no puedo quedarme en silencio. Yo también he sido testigo de lo que esta oración está haciendo en la vida de las personas. Hermanos y hermanas que antes vivían en oscuridad, hoy caminan con esperanza.
Gente que estaba al borde de rendirse, ahora levanta los ojos al cielo y vuelve a creer. Esta oración no es solo un conjunto de palabras… es una semilla divina que, cuando se planta en un corazón sincero, da frutos que el mundo no puede explicar.
El Padre Elías ha hecho lo que muchos temen: obedecer a Dios sin reservas. Esta oración estaba escondida por generaciones porque su poder es inmenso. Pero ha llegado el tiempo. El Espíritu Santo está obrando, y yo lo veo todos los días.
Si estás leyendo esto, no es por casualidad. Es porque Dios está llamando a tu puerta. No cierres tu corazón. Porque esta oración… está cambiando vidas. Y puede cambiar la tuya también.
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María Guadalupe Ríos dijo:
“Quiero agradecer con todo mi corazón por haber recibido esta oración secreta. Yo no sabía que unas simples palabras podían tener tanto poder.
Llevaba años sufriendo en silencio: mis finanzas por el suelo, mi familia distante y dolores constantes en mi cuerpo que ningún médico sabía explicar. Pero después de hacer la oración como se enseñó… fue como si una luz nueva entrara en mi casa.
Mi dolor desapareció, mi esposo volvió a hablarme con amor, y mis ventas empezaron a subir de un día para otro. Yo sé que no fue suerte, fue Dios actuando a través de esta oración sagrada.
Gracias al padre que tuvo el valor de compartirla. Y gracias a Dios por no haberse olvidado de mí.
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Padre Esteban Morales dijo:
“Cuando escuché las palabras del Padre Miguel Herrera, algo en mi espíritu se estremeció. No habló sólo con sabiduría… habló con la unción de alguien que ha sido tocado por Dios para este tiempo. Y yo, como siervo del Altísimo, no puedo guardar silencio ante lo que he visto y sentido.
La oración que él ha compartido no es sólo antigua — está viva. Y está despertando corazones, sanando familias, rompiendo cadenas de dolor y encendiendo la fe en un pueblo que había caído en el letargo espiritual. En mi propia comunidad ya se ven los frutos: testimonios poderosos, lágrimas de gratitud, milagros donde antes había desesperanza.
Me uno con todo mi corazón y convicción a las palabras del Padre Miguel. Esto no es casualidad, es una llamada divina. Quien tenga oídos para oír, que oiga. Si estás viendo este mensaje, entiende: es Dios quien te está dando una oportunidad única. No la dejes pasar.
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Don Jorge Ramírez dijo:
Yo no solía creer en esas cosas… Pensaba que ya era tarde para mí, que las oportunidades ya se me habían pasado. Pero cuando vi el video del Padre Miguel Herrera hablando de esa oración secreta, algo en mi corazón me dijo que debía intentarlo.
Recé con fe… Y en menos de una semana, no solo cerré un contrato que venía esperando hacía meses, como también pude reconciliarme con mi hijo, con quien no hablaba há años.
No tengo palabras suficientes para agradecerle a Dios por haberme mostrado esto. Esta oración no solo cambió mis finanzas… cambió mi vida entera. Dios es fiel. Y esta oración, sin duda, es una llave del cielo.
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Padre Antonio de la Cruz dijo:
o que está haciendo el Padre Elías no es común… es profético. Está rompiendo siglos de silencio y entregando al pueblo una herramienta de luz y poder que liberará a muchos de la miseria espiritual y material.
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Rosa María Gutiérrez dijo:
Yo no sabía qué más hacer… Las noches eran largas por el dolor en mi espalda, y el corazón más pesado todavía por tantas preocupaciones. Había rezado mucho en mi vida, pero algo siempre me faltaba. Hasta que vi ese video… y escuché al padre hablar de esa oración que estuvo guardada por tanto tiempo.
Decidí hacerla. Tal como él dijo, sin cambiar una palabra. Y no sé cómo explicarlo… pero sentí un calorcito en la espalda, como si alguien me tocara con ternura. A la mañana siguiente, me levanté sin dolor, después de años. ¡Años!
Y no sólo eso… Empezaron a llegar bendiciones que no esperaba. Una ayuda económica que necesitaba, mis hijos se acercaron de nuevo, y sentí una paz que hacía mucho no sentía.
Esa oración me devolvió la esperanza. Le doy gracias a Dios y al padre por compartir algo tan sagrado. No dejen pasar esta oportunidad. De verdad, esto es algo que transforma vidas.
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